ACOSADOS POR UNA LLUVIA DE TARJETAS DE CRÉDITO, LOS ARGENTINOS EXACERBAN EL CONSUMO DEFENSIVO

Si un banco en el que no tiene cuenta le ofrece un plástico que lo habilita a gastar hasta el triple de su salario, sepa que no es el único «privilegiado». Tampoco si la entidad con la que opera le aumentó el límite de financiamiento sin haberlo solicitado. ¿Cómo eligen a quién prestarle y cuánto?

Como suele hacer habitualmente cuando sale de su casa para ir al trabajo, Carlos, empleado de una empresa de servicios, revisó la correspondencia del día anterior.

Junto con varias facturas que le vencían en los próximos días, le llamó la atención un sobre con un membrete de un banco de primera línea, del cual, precisamente, él no es cliente.

Al abrirlo, se sorprendió al ver que la entidad «desconocida» le ofrecía una tarjeta de crédito con un límite de compras que multiplicaba varias veces su salario.

Pero esto no es todo. Para acceder a la misma sólo tenía que presentar su DNI.

En ese momento recordó que, años atrás, cuando había querido gestionar un plástico, la cantidad de formularios y requisitos habían representado un fuerte desincentivo, que terminaron convenciéndolo de abandonar esa idea.

Mayor fue su asombro al observar que «el regalito» incluía una notable cantidad de tarjetas adicionales, que hasta excedía la cantidad de personas que conforman su propio grupo familiar.

De alguna forma, se sentía contento y reconfortado por haber sido «elegido» por un banco con el que nunca había operado.

Al llegar a su trabajo le contó a sus compañeros. Sin embargo, en ese momento, sufrió una «pequeña decepción»: no era el único que había encontrado ese lindo presente.

La mayoría de ellos ya habían sido premiados, sin siquiera haber movido un dedo para hacerse acreedores de tal beneficio.

Incluso, uno de ellos le mostró la notificación que había recibido por e-mail:

 

 

Ya fuera por vía telefónica o mediante correos electrónicos, se les había comunicado que, con el cumplimiento de mínimos requisitos, podrían acceder a niveles de financiación muy superiores incluso a los que les ofrecían sus respectivos bancos.

A este «festival» se le agregaba un nuevo condimento. En efecto, al día siguiente, Carlos recibió el resumen de cuenta de la entidad con la que sí opera habitualmente.

Esta vez, con la «buena noticia» de que -sin solicitarlo- había sido premiado con una ampliación de los límites de compra.

Volvió a recordar lo difícil que le había resultado, años atrás, que la entidad le subiera apenas unos pocos pesos cuando realmente los necesitaba.

Y, por si le quedaba algún tipo de dudas, el envío venía acompañado de un sugestivo crédito personal preaprobado -por un abultado monto- para que hiciera uso del mismo cuando lo requiera.

Demasiado crédito. Demasiado límite de financiación. Demasiadas extensiones a otros beneficiarios. Trató de entender qué estaba pasando.

Mientras lo hacía, recibió un llamado de su mujer que, entusiasmada le contó: «Me acaban de llamar del Citi. Me dijeron que por mi buen comportamiento me ofrecen una tarjeta ´Gold´, durante un año y sin costo».

Es así como Carlos pasó de la alegría inicial, a la decepción en su trabajo y, finalmente, luego de los dichos de su pareja… a la preocupación. ¿Qué era lo que había llevado a los bancos a ponerlo a él en el centro de su estrategia de marketing?

Los bancos confirman un escenario pre-electoral atípico
Los balances de 2010 mostraron grandes márgenes de ganancias para los bancos.Paradójicamente, en un momento en el que las empresas mostraron baja disposición a tomar crédito. Esto no hace más que poner de manifiesto que el «secreto del éxito» para ellos fue la financiación del consumo masivo.

Eso explica la confusión de Carlos, que ve cómo esta avalancha de ofertas parece no encontrar fronteras en los horizontes de créditos. Y cómo la expansión de los límites supera con creces a la inflación esperada.

Contra los pronósticos de quienes vaticinaban una disminución en el ritmo del consumo para 2011, las cifras siguen mostrando un vértigo arrollador. Los últimos datos difundidos, marcan que el dinero destinado a financiar la compra de los argentinos mantiene un alza anual del 40%, superando ampliamente a la inflación y también al índice de variación salarial.

Dispuestos a sacarle todo el jugo a este momento, los bancos prevén llegar este año al récord en la cantidad de tarjetas de crédito en circulación.

Después de haber aumentado en 4 millones el número de plásticos -con lo que el mercado llegó a un total de 21 millones-, los planes para este año apuntan a una emisión superior a los cinco millones. A esto debe sumársele los que ya circulan de entidades no bancarias, que suman otros 10 millones.

Lo curioso es que este furor por el consumo financiado no se ve opacado -como históricamente ha ocurrido- en un año electoral.

Por el contrario, los argentinos, al saber que gozan de subas salariales (nominales) de dos dígitos, que aún cuentan con el pago en cuotas y que pueden darse «algunos gustitos» ahora, sin saber si podrán hacerlo el año que viene, en vez de frenar decisiones de compra, han puesto el pie en el acelerador (ver nota: Paradoja de estos tiempos: en año electoral, argentinos cambian el «wait and see» por el «go and buy«)

Los bancos lo saben. Y es por eso que, sin dudarlo, buscan capitalizar el actual contexto. Como dice Gustavo Giraldez, de zonabancos.com, la industria financiera parece ganada por una nueva consigna: «La premisa es no quedarse afuera».

Las declaraciones de los directivos bancarios son más que elocuentes respecto de cuál es el ánimo imperante en las entidades.

«Hemos incrementado los límites de financiamiento en diciembre. Además, trimestralmente, hacemos revisiones sobre el nivel de consumo y las necesidades de los clientes del banco», afirma Nelson Pereira, gerente de banca personal del Credicoop.

Su colega Sergio Strologo, gerente de producto del Banco Comafi, destaca que la entidad efectúa ajustes permanentes: «La última modificación se realizó en diciembre y vamos a efectuar una nueva revisión en este semestre«.

Y deja en claro que la decisión tomada por la dirección es que no quede nadie con ganas de tomar financiación sin poder hacerlo, por encontrarse con un techo: «Nuestra política apunta a hacer mayor foco en los clientes con más alto grado de utilización del límite de crédito», señala Strologo.

En tanto, desde el Banco Galicia afirmaron que, en este último tiempo, el banco «incrementó los limites de compra en reiteradas ocasiones. Y los duplicó para el caso de los pagos en cuotas a toda la cartera del banco. Ahora todos cuentan con el doble de financiamiento».

«Desde el Credicoop buscamos acompañar el actual proceso mediante promociones, alianzas con supermercados, almacenes y grandes cadenas», apunta Pereira.

En tanto, desde el Comafi, señalan que «siempre realizamos campañas de cross-sellingsobre aquellos perfiles que detectamos presentan un buen comportamiento. Y lo extendemos además a la línea de préstamos personales«.

«Utilizamos diferentes vías de comunicación: enviamos cartas, les entregamos mensajes cuando utilizan los cajeros, o si se comunican con nuestro call center», destaca Strogolo.

En el caso del Galicia, mencionan que «los buenos clientes pueden tomar un préstamo personal por montos de hasta $100.000, que se pueden duplicar si presentan cierta información adicional que se les es exigida».

La estrategia de las entidades
Sumando otro item a la lista de originalidades argentinas, los bancos demuestran cómo el crédito, que en todos los países es sinónimo de confianza por la estabilidad del país, aquí está ligado al proceso inflacionario.

Así, cuanto mayores son las expectativas de inflación, más relevancia cobra para los consumidores el «efecto licuación» de las cuotas ya que, en cada ajuste nominal de salarios, se produce una reducción del saldo de la deuda respecto del ingreso.

Y los permanentes corrimientos en los límites de compra están directamente vinculados con las negociaciones paritarias que se realizan en estos días, donde se registran incrementos promedio del 25% para los próximos 12 meses.

Pereira, de Credicoop, considera que «el mercado de tarjetas va a tener una fuerte expansión en 2011, como resultado del repunte económico del país y por los acuerdos salariales, que favorecen el uso de los plásticos«.

A la hora de aumentar el saldo a financiar, los bancos distinguen el comportamiento de dos segmentos bien diferenciados:

  • La población de la parte alta de la pirámide de ingresos (ABC1), que se fondea sin costo financiero.
  • En tanto, en la medida en que se va descendiendo en la misma, los sectores de menores recursos utilizan al máximo la opción del pago mínimo, a pesar del elevado costo de volcarse a esta opción, que le va carcomiendo capacidad de compra.

Según datos de las propias compañías de tarjetas, a los que accedió iProfesional.com, sólo el 30% de los titulares utiliza el plástico en condiciones óptimas. Es decir, no incurren en cargos financieros significativos, mientras que el resto sí debe afrontar sobrecostos demasiado onerosos.

Es que la tasa de interés promedio mensual que cobran a los usuarios por la financiación con tarjetas de crédito supera el 30%, según datos del Central.

Las personas que planean sus compras después de la fecha de corte y las cancelan totalmente en la del límite de pago, logran financiarse hasta por más de un mes y medio, pagando sólo la anualidad de la tarjeta y 0% de interés. Un lapso más que atractivo, si se considera la inflación anual.

El directivo de una de las mayores emisoras de plásticos del interior del país, le confió a este medio que la estrategia para ampliar el horizonte de financiamiento se divide en dos partes:

1. Aumentos selectivos. Se efectúan a lo largo del año, tomando en cuenta el cumplimiento de los clientes y la utilización de los límites previamente acordados. «Si un usuario ya muestra que su volumen de compras ronda el 70% del máximo permitido, el aumento del mismo es casi automático«, destaca el ejecutivo.

2. Aumentos masivos. A diferencia del anterior, las entidades suelen hacerlos por rama de actividad, una vez conocidas las nuevas pautas salariales. «Normalmente, cuando se van sabiendo los aumentos que surgen de las paritarias por sectores, se hacen campañas masivas, en función de los porcentajes de ajuste acordados», apunta el ejecutivo, quien agrega: «Esto ya se hizo en el 2009, en 2010, y está todo listo para implementarlo este año».

Con este tipo de campañas, los bancos y las emisoras logran satisfacer la demanda pues, tal como señalan, «muchas veces estos reajustes surgen como respuesta a la presentación espontánea de pedidos masivos de retoques de las propias filiales«.

«En la actualidad, el 80% de los límites de las tarjetas están afectados al pago de cuotas, por lo que el margen para el consumo diario se ha reducido notablemente», apunta Giraldez.

«En un contexto inflacionario como el actual, esta situación puede afectar severamente la vida cotidiana. Y lleva incluso a financiar las compras de todos los días con la tarjeta«, agrega.

Este también es un factor adicional que hace que los bancos deban ampliar los horizontes de financiación casi de modo generalizado.

Ante esta situación, surge una pregunta inevitable: ¿Es posible que la extensión del crédito esté llegando a una zona peligrosa, en la cual la gente tenga dificultades para pagar su saldo mes a mes?

La respuesta de los expertos es que el nivel de mora no muestra variaciones preocupantes.

Pero empiezan a surgir advertencias sobre un deterioro en la calidad del riesgo crediticio, en la medida en que las entidades financieras exacerban su «guerra» por captar porciones del mercado y relajan sus requisitos.

En términos de la relación deuda-ingreso, el nivel argentino sigue siendo bajo cuando se lo compara con los estándares internacionales e incluso regionales.

Que se puede esperar de aquí en más
Los expertos creen que el boom crediticio en su «versión 2011» está asegurado, por el contexto inflacionario y aun con elecciones a la vista.

«Desde el lado de la oferta, nuestra expectativa es creciente, debido a la liquidez del sistema. Analizando la demanda, entiendo que los créditos para consumo van a seguir en aumento, sobre todo en el rubro electro/tecnología», afirma Strogolo.

Tal vez lo más paradójico de este auge es que uno de los mayores riesgos que ven los analistas es un eventual plan para bajar la inflación.

Es que una estabilización drástica, según confiesan los expertos, traería como primera consecuencia el final del «efecto licuación» de cuotas, que ya se ha hecho costumbre en los argentinos.